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A la orilla de la chimenea (Lemans)

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A la orilla de la chimenea (Lemans) Empty A la orilla de la chimenea (Lemans)

Mensaje por Plenilunio Mar Abr 28, 2009 2:38 pm

El otro día me reencontré con esta canción de Sabina y se me quedó muy dentro. Sabía que tenía que escribir algo con ella y al final la idea se concretó en mi mente: pequeños cuadros de 100 palabras como mucho, cada uno asociado a una estrofa de la canción, que sirve de introducción. Sí, soy Lemans, le pese a quien le pese, pero espero que os guste. Y, por cierto, la minifrase de película es de "Rosario tijeras", que me gustó mucho cuando la vi, así que le hago publicidad.


Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual que los labios
que beso en mis sueños.


“Soñé con vos”, dice el personaje de la película que ambos ven acurrucados en el sofá una tarde aletargada de domingo. Leo pone una mueca y sacude la cabeza. Mario le acaricia el pelo y se lo coloca detrás de la oreja para darle un híbrido entre beso y mordisco en el lóbulo.

—Y yo con vos.

Leo le mira con su mueca mordaz marca de la casa y le da un empujoncito.

—Cursi.
—Tipa dura. Si sabes que en el fondo te encanta.

*~*~*~*


Puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.


Está hecha un ovillo, con la vista perdida más allá de la línea del horizonte donde el día muere. La mente le viaja lejos, a esos lugares llenos de dolor y malos recuerdos. Mario se sienta junto a ella y le acaricia la espalda. Ojalá pudiera acompañarla, ser su brújula, su perro lazarillo.

Leo se revuelve y le retira con brusquedad. Le quiere, sabe que estará ahí cuando le necesite. En cierto modo le necesita, pero ahora mismo necesita más a su soledad. Ya le reclamará cuando las llagas le duelan.

—Déjame sola un ratito, anda.

*~*~*~*


Y si quieres también
puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado, tu dios, tu asesino…


—¿Dónde dices que vamos a ir?—le pregunta mientras la mata con cosquillas. Leo se retuerce entre carcajadas, patalea como una niña y la risa la deja tan débil que apenas puede contraatacar.
—¡Déjame! Al… ¡al infierno! Por hacerlo con… con condón… ¡Suelta, tío guarro!

Mario la tortura un poco más y al final salen los dos al balcón de la mano. La habitación del hotel tiene una vista inmejorable aunque la afee la cicatriz de las vías del tren con el tránsito perezoso de convoyes que van y vienen.

—No tengo miedo del infierno siempre que tú vengas conmigo.

*~*~*~*


O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.


Le habla de la casa del pueblo, de cuando iba a visitar a la abuela y pasaba allí todo el verano. De la infancia despreocupada e inocente, de las risas, de los niños. Del agua siempre helada del pilón y de las paperas de aquel año.

—¿Lo echas de menos?
—A veces. Pero, ¿sabes lo que más echo en falta de esa casa?—Mario la anima a continuar con un beso en la mejilla—La chimenea. Me encantaba que hiciera frío para ponerme delante y mirar las llamas.
—La próxima vez las miraremos juntos.
—¿Lo prometes?

*~*~*~*


Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor
que me falta valor para atarte a mi cama.


—¿Y esto?

Leo le mira boquiabierta. En qué hora se le ocurriría cerrar los ojos como él le ha pedido. No imaginaba que ese sonido metálico se fuese a traducir en unas esposas que la enganchan al cabecero de forja.

—Siempre dices que te apetece probar cosas nuevas, ¿es que has cambiado de idea?

Sonríe de esa forma que hace imposible negarle nada. Le encantaría abrazarle y comérselo a besos, pero ahora mismo está a su merced, tan indefensa que el corazón se le embala de excitación con solo pensarlo.

—Pensé que no te ibas a atrever nunca.

*~*~*~*


Puedo ponerme digno y decir
“toma mi dirección, cuando te hartes de amores
baratos de un rato… me llamas”.


Esta mañana se ha cruzado con una de tantas muescas en el revólver del pasado. Ni siquiera recuerda su nombre, ni falta que le hace. Aun así, a veces lo añora. Echa de menos poder salir sin rumbo, sin porqué y sin explicaciones a dejarse abrazar por la noche y quién sabe si terminar la velada en los brazos y la cama de algún chulazo.

Pero entonces, abre la puerta y le llega el olor a esa salsa picante que Mario le echa a la pasta. Basta con ver su sonrisa para que se sienta en casa. Todo encaja.

*~*~*~*


Y si quieres también
puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu “ven”,
tu manta y tu frío,
tu resaca, tu lunes, tu hastío…


—Leo, estaba pensando que…
—¡Calla, no grites!
—No estaba…
—Déjame dormir, coño.

Estornuda ruidosamente y a ciegas busca la caja de pañuelos. La cabeza le duele demasiado como para arriesgarse a que la luz de la bombilla la mate de dolor. Se suena haciendo un sonido de trompa de elefante y bufa. Solo a ella se le ocurre salir tan fresca a tomar algo y terminar dando tumbos pedo por medio Madrid. Menos mal que Mario estaba ahí para rescatarla. Igual que ahora que se juntan trancazo y resaca.

—¿Me preparas un vaso de leche caliente con miel?

*~*~*~*


O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda,
en mitad de la calle y desnuda.


—Ya te vale, joder. Ya te vale, siempre igual.

Mario la mira dolido y se suelta de su brazo. Con zancadas raudas y furiosas echa a andar alejándose de ella, quien agacha la cabeza y resopla.

—Mario…—maúlla débilmente aunque esté demasiado lejos ya para oírla—Lo siento.

El tip-tip de las primeras gotas de lluvia empieza a mojarla sin que se anime a moverse. Mario se distancia, no solo físicamente. Ella tiene la llave y saberlo le da rabia y miedo.

—¡Mario, espera!

Arranca a correr y le alcanza enseguida. Pronto, la sonrisa mojada de Leo se le contagia.

*~*~*~*


Y si quieres también
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe
tu noche y tu día.
Tu rencor, tu porqué, tu agonía…


—¿Qué pasó entonces?

Leo traga saliva al recordar a esa mujer yaciendo en la calle. Con tanta frialdad y distancia como le es posible, relata a la sala cómo la encontraron después de que ese monstruo, la violase con tanta brutalidad. Un par de veces le cuesta mantener la compostura, pero vuelve la cabeza a los asientos de público y le ve ahí, infundiéndole valor.

—Fue el subinspector Arteta quien le arrestó.

El mismo subinspector Arteta que la salvó aunque forzosamente sea un secreto. No se lo pidió, pero sabe que le dará las gracias en cuanto salgan del tribunal.

*~*~*~*


O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea


Nieva, pero las paredes, la gruesa alfombra, la manta y el calor que se profesan mutuamente les aíslan del frío. La misma chimenea que Leo extrañaba les habla con su crepitar incesante de llamas pelirrojas que Mario observa hipnotizado.

La respiración de Leo vacila un instante, mientras se acomoda buscando su sitio dormida sobre el pecho de Mario. Con cuidado para no despertarla, Mario la acaricia y huele la mezcla de sudores, feromonas y pasión concentrada producto de la intimidad de hace unos minutos.

Aunque no, se corrige, no hay nada más íntimo que esto que los dos comparten ahora.
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Mensaje por Atiram Mar Abr 28, 2009 2:57 pm

¡Ole, ole y ole!
Olee Olee Olee
Me encanta! Pensé que tardarías en escribirlo, más sabiendo todo lo que tienes encima (incluidos a estos dos pesados). Me ha gustado mucho, aunque algunas escenas se me hayan hecho demasiado cortas.
Me pido un Mario para mi próxima vida, porque me temo que para esta la cosa anda bastante jodida...

Soy tu fan nº1, lo sabes ¿no?

Por cierto, ahí, ahí, dándole caña a Leo, que se lo merece.
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Mensaje por Plenilunio Mar Abr 28, 2009 3:01 pm

Embarassed Me alegro de que te haya gustado. Anoche ya tenía bastante claro lo que quería hacer, así que solo he tenido que imponerme el límite de 100 palabras, pensarme algunas escenas porque otras ya estaban pensadas y darle a la tecla. A mí también se me han hecho mínimas algunas y he tenido que hacer malabarismos para no pasarme, pero tenía que probar, nunca había escrito fragmentos tan cortos adrede.

Lo de la caña es porque la criatura a ratos parece nueva y tiene ideas tontas que hay que sacarle de la cabeza a colleja limpia, pero yo la quiero igualmente Pareja

Y lo de Mario... qué quieres que te diga, pídeselo a los Reyes Majos y cruza los dedos...
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A la orilla de la chimenea (Lemans) Empty Re: A la orilla de la chimenea (Lemans)

Mensaje por Atiram Mar Abr 28, 2009 3:05 pm

Jajajaja. No, si yo a Leo también la quiero. A ver, qué remedio después de todo. Pero me gusta que sea ella la que da su brazo a torcer, no va a ir siempre Mario detrás.
Aisss los reyes majos... dudo que me hagan caso. Ya me he pedido años atrás un Iker Casillas y un Álex González y no ha colado Evil or Very Mad Evil or Very Mad Evil or Very Mad lo intentaré este año con Mario.

Lo de escribir microhistorias lo dejo todo para ti, ya sabes que lo mío es enrollarme cuando escribo, así que nunca jamás escribiré algo tan corto. De todos modos siempre puedes profudizar en alguna escena en otro fic, para eso tiempo habrá. ¿No?
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A la orilla de la chimenea (Lemans) Empty Re: A la orilla de la chimenea (Lemans)

Mensaje por Vyra Miér Abr 29, 2009 9:46 pm

IM-Presionante, aunque me ha sabido a poco jejeje, necesitaba más miga cada párrafo. pero na se perdona porque como dicen: lo bueno si es breve, dos veces bueno. Abrazote
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A la orilla de la chimenea (Lemans) Empty Re: A la orilla de la chimenea (Lemans)

Mensaje por Plenilunio Jue Abr 30, 2009 10:10 am

Embarassed Gracias, guapa. A este paso te voy a ir volviendo Lemans Risa Maligna Te lo dice una que empezó siendo Roma convencida, anti-Leo y, curiosamente, anti-Corleone, porque quería que Leo y Corso acabaran hechos polvo y cada uno por su lado (ya si hubiera sido Leo sola y preñada, pa' enmarcarlo).

No sé si ampliaré alguna escena, que estoy desbordada ahora mismo entre unos fics y otros, pero al menos estos no se te habrán hecho largos Wink

Ruth, tú sigue pidiendo, que igual suena la flauta...
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A la orilla de la chimenea (Lemans) Empty Re: A la orilla de la chimenea (Lemans)

Mensaje por Atiram Jue Abr 30, 2009 3:00 pm

Oye, oye. Te recuerdo que de todo lo que te he pedido solo te has escaqueado de dos cosas, así que tan mal no me va. Al final me complaces la mayoría de las veces Razz
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A la orilla de la chimenea (Lemans) Empty Re: A la orilla de la chimenea (Lemans)

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