Bárbara Lennie Online
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Club Ipanema (Cuenta atrás)

3 participantes

Ir abajo

Club Ipanema (Cuenta atrás) Empty Club Ipanema (Cuenta atrás)

Mensaje por Atiram Lun Jul 20, 2009 12:05 am

Escena que parte del final del capítulo 6x01 "Club Ipanema". Hacía tiempo que esta idea anda rondándome por la cabeza, había gestos de Mario que me hacían pensar que había algo más y hoy me lancé a la piscina. Espero que no esté muy vacía.
El prota es Mario aunque ya me han dicho que las administradoras no me piensan banear por ello Wink Por supuesto Leo aparece en escena. Espero que os guste.

Socia, ya sé que siempre te digo lo mismo, pero gracias por ser mi correctora. Hay que ver la de trabajo que te doy... Prometo recompensarte en algún momento, no sé aún con qué Razz.



Sacudo la cabeza. No debería haberle golpeado. No tendría que haberme liado a hostias por mucho que ese desgraciado se las mereciese. No, no tenía que haberlo hecho. Sonrío al ver a Rosaura abrazar a su marido. “A mí todos me llaman Rosi”, con esas palabras nos recibió en la cama del hospital cuando apenas podía respirar sin que el dolor le provocase un quejido. Prejuzgamos a su marido, supusimos enseguida que había sido él quien la había mandado al hospital y, por una vez, nos equivocamos. Ojalá nos equivocásemos más veces.

Veo a Leo montarse en el coche. Sé que no dirá nada, que no hará un informe completo de lo que ahí dentro ha ocurrido. Podrá darme calabazas una y otra vez, pero sé que no me va a fallar. Aunque en el fondo sé que debería hacerlo, sé que los de asuntos internos deberían enterarse de esto. Supongo que todo acabaría en una sanción y quizás una apertura de expediente, pero no me importa. No tenía que haberlo hecho pero no me arrepiento, es justo que pague por ello.

Miro a mi alrededor, Leo acaba de arrancar el coche mientras echa un último vistazo al tinglado que tenemos aquí montado. Estoy hábil para cercarme hasta ella y hacerle parar unos segundos, los que tardo en sentarme en el asiento del copiloto. No quiero quedarme aquí, no quiero tener que volver a casa con Molina o Corso. No quiero que me vean ahora aunque sepa de sobra que no tienen ni idea de lo que ha pasado ahí dentro. Con Leo todo es diferente. Leo es especial.

Me abrocho el cinturón en silencio mientras Leo, taciturna, solo se preocupa de la carretera. No sé en qué estaba pensando esta tarde cuando la invité al ballet, no tiene pinta de ser uno de sus pasatiempos favoritos. Aunque estas cosas nunca se saben, Leo parece una mujer fuerte, dura, muy segura de sí misma, pero estoy seguro de que todo es una pose, de que debajo de ese escudo antimisiles hay una mujer sensible a la que le gusta que la mimen.

Me gusta Leo, mucho. Me gusta su carácter, su mala leche, quizás por eso y solo por eso vuelvo una y otra vez a la carga, aunque ella siga dándome patadas. Sé que en algún momento lograré derribar esa barrera que la aparta de mí, que en algún momento me dejará ver a la verdadera Leo. Ojalá hubiese más mujeres como ella en el mundo.

Dentro del coche solo se oyen los intermitentes y los pies de Leo al pisar los pedales. No parece tener muchas ganas de hablar ni de escuchar. Está ausente, lejos de aquí, conduce de forma mecánica, con la seguridad de quien lleva ya tantos kilómetros a sus espaldas que no necesita pensar cada movimiento.

Estudiando, anoche estaba estudiando. No hace falta ser muy listo para saber que quiere marcharse, que quiere perder de vista a Corso y volar sola sin tener a nadie que quiera llevarla bajo el ala o guiarla bajo su manto protector. Será una buena inspectora porque Leo ha nacido para ser policía. No sé qué es lo que les pasa a este par, Leo no parece la típica mujer que se queda pillada de Corso después de una noche de sexo y alcohol, además, es su jefe, pero últimamente la convivencia de estos dos es poco menos que poco llevadera. Y Leo se quiere marchar, quiere dejar de ser una segundona, o lo que es lo mismo, quiere perder de vista a Corso y este es el camino más rápido.

La voz de Leo me saca de mis cavilaciones, ha dejado de conducir de forma compulsiva y me mira mientras espera que el semáforo le permita reanudar la marcha.
-. ¿Qué ha pasado ahí dentro, Mario?

Es una buena pregunta que no sé si voy a ser capaz de responder. Cada policía tiene sus manías, sus delitos “preferidos”. Hay gente que no soporta tener que hacer frente a delitos de pederastia, prostitución, narcotráfico… a mí me ocurre con los malos tratos.

-. Se me ha ido la mano, Leo. Lo siento. No tienes que cubrirme, lo sabes, no tienes por qué callar lo que ahí dentro ha ocurrido.
-. No te he preguntado eso. ¿Qué pasa, Mario?

Me paso las manos por el pelo mientras Leo mete primera y pone de nuevo el coche en marcha. Nunca he hablado con nadie de esto, ni siquiera Corso, que es uno de mis mejores amigo, sabe nada del tema. Miro a Leo unos segundos, sé que puedo inventarme cualquier excusa pero no sé si quiero hacerlo, sacudo la cabeza y miro por la ventanilla, se me hace más fácil hablar si no la miro a ella.

-. Cuando era pequeño conocí a un hijo de puta que maltrataba a su mujer, desde entonces no puedo evitar sentir deseos de matar a cada uno que pone un dedo sobre una mujer.
-. Pero, Mario…
-. Yo nací en un pueblo pequeñito de Castilla, apenas unos mil habitantes, donde todo el mundo conocía a todo el mundo y el “qué dirán” primaba por encima de todas las cosas. Las mujeres del pueblo se dedicaban a sus casas, a cuidar de sus hijos y de su marido. No trabajaban fuera de casa, no tenían dinero propio, ni ideas, ni opinión… Trini estaba enamorada de su marido, el panadero del pueblo al que todo el mundo conocía y tenía en alta estima. Lo que nadie sabía es que el muy hijo de puta pegaba a Trini día sí día también.
-. Mario, tú eras pequeño a lo mejor…
-. Trini es mi madre.

Leo ahoga un gemido al tiempo que pisa el freno para no saltarse un semáforo en rojo. Soy incapaz de mirarla a la cara y su silencio me confirma lo que ya sabía, Leo no sabe qué decir.

-. Mi madre estaba enamorada de mi padre, habría dado su vida por él. Las cosas nos iban bien, vivíamos relativamente cómodos y el negocio del pan funcionaba a las mil maravillas. Mi madre vivía por y para él. La primera vez que le vi marcas de malos tratos a mi madre fue una tarde al volver de jugar en la calle. Entré a mi casa a por la merienda y me encontré que mi madre tenía un ojo morado y un labio partido. Me dijo que se había tropezado y se había golpeado con el marco de la puerta. Yo tenía 7 años, mi madre me dio el bocadillo de la merienda y un beso que la provocó un gesto de dolor que no olvidaré en mi vida. Yo no me enteré de lo que había pasado. Mi madre estuvo sin salir de casa un par de días, hasta que las marcas de la cara pasaron de ser escandalosas a simplemente visibles.

Giro la cara y me fijo en Leo, me está mirando y no se ha dado cuenta de que el semáforo ha cambiado de color. El claxon del coche de detrás la hace reanudar la marcha mientras que su gesto me indica que no sabe si decir algo o mejor seguir callada.

-. Yo no entendía nada, no pasó en ningún momento por mi cabeza que mi padre pudiese haber hecho eso a mi madre. La segunda vez que le puso la mano encima se cuidó mucho de que yo tampoco estuviese en casa. Fue algo menos escandaloso y me enteré de casualidad, salía a la calle cuando al pasar por la habitación de mis padres vi las marcas que tenía mi madre en la espalda. No dije nada, no me atreví a preguntar.
-. Mario, solo eras un niño, no podías saber qué estaba pasando.
-. Una noche, mientras dormía, me despertaron unos golpes. Me asusté, no sabía qué pasaba. Acerté a oír a mi madre pedirle a mi padre que dejase de hacer ruido, que me iba a despertar. Mi padre estaba pegando y abusando de mi madre y ella solo se preocupaba de que yo no me despertase. Ahí empecé a entender qué estaba ocurriendo. Hasta el momento mi padre nunca había puesto la mano a mi madre encima en mi presencia. Fue una tarde cuando vi por primera vez al cabrón que me engendró pegar a mi madre. Puedo recordarlo como si fuese ayer. Mi padre cenaba pronto porque a las 5 tenía que levantarse para hacer el pan. Mi madre siempre me advertía para que no hiciese ruido y le molestase. A partir de las ocho de la noche mi casa era un sepulcro donde no se oía una mosca.

Me callo unos segundos y tomo aire, tengo los ojos anegados de lágrimas, recordar sigue doliendo demasiado.

-. Aquel día yo estaba enfermo. Había tenido mucha fiebre toda la tarde y mi madre se había dedicado a estar a mi lado en la cama mientras me ponía paños con agua fría para bajarme la temperatura. A las siete y media, como todas las tardes, mi padre volvió del bar, de echar la partida y tomarse unos vinos. Nunca le vi borracho aunque estoy seguro de que bebía bastante. La cena no estaba sobre la mesa como era costumbre y aquello le enfureció. Se lió a golpes con mi madre mientras yo lo oía todo desde mi habitación. Tenía tanta fiebre que hasta había delirado unas horas antes pero me levanté y me fui a por mi padre. Le pegué un empujón por sorpresa y conseguí que se tambaleara lo suficiente como para que mi madre pudiese salir del rincón donde la tenía acorralada dándole golpes. Mi padre se revolvió y me sacudió un bofetón que me dejó la cara marcada durante una semana. Mi madre solo le gritaba que me dejase en paz, que a ella lo que quisiera pero que a mí no me pusiera un dedo encima.

La mano de Leo sobre mi pierna me hace mirarla un momento. Estoy llorando como cuando era niño y ella solo acierta a limpiarme un par de lágrimas antes de volver a mirar a la carretera.

-. ¿Ningún vecino escuchó nada?
-. Era un pueblo pequeño, con costumbres arraigadas desde hacía muchos años, las cosas de pareja se resolvían dentro de la pareja. Nunca nadie hizo nada. Aquella paliza fue la primera de muchas que vinieron después. Dejé de salir a jugar con mis amigos, los estudios me iban cada vez peor, tenía pesadillas todas las noches y solo vivía para intentar evitar que aquel hijo de puta volviese a poner una mano encima de mi madre. Pero no lo conseguí. Estuve presenciando palizas y recibiendo golpes hasta que cumplí 12 años. Por suerte con esa edad ya estaba bastante alto y demasiado curtido. Yo solo pedía a mi madre que nos marchásemos de allí, pero no teníamos dónde ir. Mi madre, hija única, había perdido a sus padres al poco de nacer yo, ni siquiera recuerdo a mis abuelos maternos, no teníamos a nadie a quien recurrir, ni dinero. Cada peseta que entraba en casa la controlaba mi padre. Era imposible huir de allí.
-. ¿Nadie podía echaros una mano?
-. Nunca nadie quiso ver que el panadero al que todos querían era en realidad un maltratador. Una mañana, mientras mi padre estaba repartiendo el pan por el pueblo, agarré las cuatro cosas que tenía y le dije a mi madre que nos marchábamos de allí. Tenía algo de dinero ahorrado, me había dedicado a hacer trapicheos por el pueblo y algunos favores. No tenía demasiado, lo suficiente para un par de billetes de autobús y un par de noches en una pensión de mala muerte. Mi madre me tomó por loco, yo no era más que un crío.

Claro que era un crío, ahora mismo ni siquiera me denominarían adolescente. Tenía 12 años pero había visto y oído demasiadas cosas. Las suficientes como para arrastrar a mi madre lejos de allí.

-. Cogimos un autobús y nunca volvimos al pueblo. Vinimos a Madrid, se suponía que en la capital tendríamos más opciones de sobrevivir y estábamos lo bastante lejos del pueblo como para que mi padre o algún conocido nos encontrase. Mi madre se puso a trabajar 16 horas al día para sacarme adelante y a mí a cambio me pidió que estudiase, que fuese un hombre de provecho que no cometiera los errores de su padre. Le quería, Leo. Mi madre quería a mi padre.
-. ¿Cómo puedes querer a alguien que te hace eso?
-. No lo sé. Nunca lo he entendido. Las cosas en Madrid no nos fueron del todo mal. Mi madre conoció un hombre maravilloso que la quiere con locura y la respeta y que me aceptó como si fuese suyo a pesar de que no se lo puse nada fácil. De mi padre no he vuelto a saber nada desde aquel día. Si me lo encontrase cara a cara ahora…
-. Mario, no te hagas mala sangre. No sirve de nada.

Los ojos de Leo buscan los míos mientras su mano presiona mi pierna. Hace un rato que hemos aparcado enfrente de mi portal. Me seco las lágrimas que aún me quedan por las mejillas y la miro.

-. Desde aquel día tuve claro que yo sería de los buenos, que yo sería el que metiese en la cárcel a maltratadores como mi padre. Por eso me hice madero. Cuando he oído a ese hijo de puta llamar a Rosi todo lo que la ha llamado no he podido evitarlo, he vuelto al pueblo, he visto a mi padre insultar y vejar a mi madre… Lo siento, Leo, no debería haberme portado así.

Leo me sonríe sincera mientras me da una palmadita.
-. Hiciste lo que debías. Cuando eras un crío y hoy.
Sacudo la cabeza mientras vuelvo a mirar por la ventana, apenas soy capaz de musitar un par de palabras.
-. No es verdad, pero gracias.
Atiram
Atiram
Mandamás

Localización : Valladolid

http://atiram1985.blogspot.com/

Volver arriba Ir abajo

Club Ipanema (Cuenta atrás) Empty Re: Club Ipanema (Cuenta atrás)

Mensaje por Plenilunio Lun Jul 20, 2009 12:10 am

¡¿Cómo te atreves a poner esto aquí?! ¡Largo del foro! Motosierra

Me ha gustado, aunque ya te vale, pedazo de masoquista. Pero me gusta porque no solo explica esa reacción de Mario, sino muchas otras a lo largo de la serie. Y respecto a lo de corregir, una lo hace encantada, que así se lee las cosas en primicia Paso de ti
Plenilunio
Plenilunio
Mandamás

Localización : al teclado

Volver arriba Ir abajo

Club Ipanema (Cuenta atrás) Empty Re: Club Ipanema (Cuenta atrás)

Mensaje por Atiram Lun Jul 20, 2009 12:22 am

¿Masoquista? ¿Dónde? Bueno, la verdad es que ha sido un poco jodido meterme en la piel de Mario, pobrecito mío... Menos mal que Leo se ha portado, por una vez y sin que sirva de precedente.

En cuanto a lo de largarme del foro... ya me larga él de vez en cuando, siempre que le apetece, vaya. pedorreta
Atiram
Atiram
Mandamás

Localización : Valladolid

http://atiram1985.blogspot.com/

Volver arriba Ir abajo

Club Ipanema (Cuenta atrás) Empty Re: Club Ipanema (Cuenta atrás)

Mensaje por Vyra Lun Jul 20, 2009 1:01 am

jo tiaaaaaaaaaaaaaa q bonito!!!!!!!!!!!!! ese Mario macarra defensor de su mami y a la vez sensible delante de la mujer de su vida!!!!!!!!!!!!!! me ha encantado y lo del pueblo de Castilla tambien Smile jejeje. enserio, si fuese por mi, me encantaria leer cada noche un relato tuyo o de Plen.
Gracias!!!
Vyra
Vyra
Caso grave
Caso grave

Localización : Valladolid

Volver arriba Ir abajo

Club Ipanema (Cuenta atrás) Empty Re: Club Ipanema (Cuenta atrás)

Mensaje por Atiram Lun Jul 20, 2009 1:14 am

Gracias, Carol. Embarassed
La verdad es que Mario tuvo que pasarlo muy mal y crecer muy rápido. Y es curioso pero eso en vez de hacerle insensible le ha hecho tener una sensibilidad especial
Supongo que cualquiera en el lugar de Mario habría hecho lo mismo, defender a su madre y llevársela de allí en cuanto pudo.
Y Leo... supongo que él sentía que la debía una explicación y a ella la actitud de Mario la resultó extraña.

Yo también voto por leer un fic de Plen todos los días antes de dormir, aunque dudo que ella esté de acuerdo con la moción. Loco

Por cierto, para cuando un fic tuyo?? Motosierra

Edito: Editando que es gerundio... lo del pueblo de Castilla era una cuestión práctica, en una gran ciudad es más fácil huir, y no me valía un pueblo gallego ni andaluz por cuestiones de acento. En realidad tomé como pueblo el mío, pero vamos, que cualquier pueblo de Castilla de poco más de mil habitantes sirve Wink Y qué coño, que a una la gusta barrer para casa Razz
Atiram
Atiram
Mandamás

Localización : Valladolid

http://atiram1985.blogspot.com/

Volver arriba Ir abajo

Club Ipanema (Cuenta atrás) Empty Re: Club Ipanema (Cuenta atrás)

Mensaje por Vyra Lun Jul 20, 2009 9:49 pm

jejeje pues si, si no barremos nosotras, no barre nadie XD. Por cierto cual es tu pueblo????
Wenooo no te pongas nerviosa que en algun momento de mi vida (espero q pronto) subiré algo, tu dame tiempo jejejeje....
Vyra
Vyra
Caso grave
Caso grave

Localización : Valladolid

Volver arriba Ir abajo

Club Ipanema (Cuenta atrás) Empty Re: Club Ipanema (Cuenta atrás)

Mensaje por Atiram Lun Jul 20, 2009 10:36 pm

En realidad es el pueblo de mi madre y donde mi padre vivió mucho tiempo. Cantalapiedra, en la provincia de Salamanca pero al límite con Valladolid. No sé, me pareció que el tamaño venía bien, incluso el nombre de la madre de Mario lo tomé prestado de una vecina de mi abuela.

Te tomo la palabra, que lo sepas Razz
Atiram
Atiram
Mandamás

Localización : Valladolid

http://atiram1985.blogspot.com/

Volver arriba Ir abajo

Club Ipanema (Cuenta atrás) Empty Re: Club Ipanema (Cuenta atrás)

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.