Fotogramas Diciembre

Cuando empecé a rodar Más pena que Gloria, ser actriz no estaba en mis planes; no conscientemente. El primer día coincidí en maquillaje con Maria Galiana. Yo debía tener una cara de acojone importante porque lo primero que me dijo fue: Tranquila, te pasará siempre. El día que desaparezca, mejor dedícate a otra cosa, cariño. Ahora me doy cuenta de la razón que tenía.
El día que mi padre leyó el guión hubo crisis. Apareció con él en la mano y empezó a preguntarme qué me parecía que mi personaje se pasara los fines de semana bebiendo en la calle, que practicara sexo, que se quedara embarazada o que la chupara el dedo al protagonista. Realista, le contesté. Discutimos. Con el tiempo la cosa se relajó y, por suerte, hace ya mucho que están felices con que me dedique a esto.
Más pena que Gloria fue el primer rodaje de la mayoría del equipo, y se creó una energía muy curiosa, caótica, disparatada. Quedaba con Biel Durán para ensayar o para charlar de lo que íbamos a hacer al día siguiente y en general acabábamos bebiendo cervezas y tirados en el suelo de la risa. Bien era genial. Generaba anécdotas todos los días, tenía mil historiar alucinantes que me contaba y me dejaba atónita. Era el talento en estado puro.
A veces Quique San Francisco venía al set con su perro y nos pedía si podíamos pasearle mientras él rodaba. A mí me tocó hacerlo una vez. Me vi dando vueltas al instituto Santamarca con un bull dog al que le costaba respirar...
También rodamos en mi instituto. Era una secuencia en la que mi personaje estaba trabajando en la biblioteca. Biel entraba, me mareaba un poco y yo terminaba chupándole un dedo después de hacerme una coleta y enseñarle mis axilas sin depilar. Esto de las axilas era un detalle importante en el guión.
Llevaba muchas semanas sin depilarme y me moría de vergüenza. Cuando esa mañana me encontré en el baño enseñándole a Victor (García León) el aspecto de aquello, los dos pudorosos y sin mirarnos muchos a la cara, y él diciéndome ah! Bien, bien, están muy bien, pensé que todo aquello era completamente surrealista. Y me gustaba.
Creo que ha sido el trabajo más instintivo que he hecho hasta ahora. No hice muchas preguntas, no intenté construir ni inventar nada, simplemente me leí el guión mil veces y me dejé llevar.

Bárbara Lennie.